Para efectos de este debate, creer en la reencarnación significa pensar que, después de la muerte, el alma vuelve a nacer en otro cuerpo, y que este ciclo de vidas sigue hasta que se alcanza una liberación o perfección espiritual, lo que involucra la posibilidad de múltiples vidas para aprender, evolucionar o pagar karmas y la idea de que las acciones de una vida influyen en las circunstancias de las siguientes.
Por otro lado, creer en la resurrección implica aceptar que, después de la muerte física, Dios devolverá la vida al cuerpo en un momento futuro (la resurrección de los muertos), y que las personas recibirán un cuerpo glorificado para vivir eternamente. Esta creencia también conlleva la idea de un juicio final, donde cada alma será juzgada y enviada al cielo, infierno o purgatorio según su vida y fe. Además, sostiene la esperanza de la vida eterna y la restauración plena de la persona en unión con Dios.